Del 16 al 23 de mayo, la Asociación PROJUVEN organizó el proyecto «Prepared Not Scared» en Benalmádena, España. Este fue un Curso de Formación KA1 bajo el programa Erasmus+, destinado a equipar a los trabajadores juveniles con las herramientas y conocimientos necesarios para liderar programas efectivos de preparación juvenil para desastres.
Este proyecto reunió a 28 trabajadores juveniles apasionados de siete naciones distintas: República Checa, Estonia, Rumania, Italia, Bulgaria, Eslovaquia y España.
El primer día estuvo marcado por una serie de juegos y actividades atractivas, fomentando un espíritu de unidad entre los participantes. Este día también sentó las bases para el viaje de aprendizaje, introduciendo conceptos esenciales relacionados con la preparación juvenil para desastres, incluyendo peligros, emergencias y estrategias para mitigar riesgos.
En el segundo día, los participantes profundizaron en el objetivo central del proyecto: diseñar programas robustos de preparación juvenil para desastres. El día estuvo lleno de discusiones sobre el Ciclo de Gestión de Desastres, cubriendo sus fases integrales desde la prevención hasta la reconstrucción. Un punto destacado fue la exploración del Acuerdo de París, sus ratificaciones globales y la postura de la UE sobre el cambio climático.
Los días subsiguientes estuvieron caracterizados por actividades prácticas. Una de estas tareas requería que los participantes inspeccionaran las medidas de seguridad del hotel, enfatizando la importancia de la conciencia y familiaridad con el entorno inmediato. Esto fue un testimonio del ethos del proyecto de traducir el conocimiento en acción tangible. Además, los participantes adquirieron habilidades para responder adecuadamente en emergencias, subrayando el dicho de que el conocimiento es poder cuando se trata de seguridad.
Una característica notable fue un video elaborado por los participantes, ofreciendo a los espectadores una demostración práctica de respuestas adecuadas durante emergencias. Esta guía visual no solo fue informativa, sino que también mostró el compromiso de los participantes con la causa.
Durante la semana de formación, se organizó una noche intercultural en la que los participantes mostraron sus tradiciones y bailes nativos. Este intercambio cultural fue un recordatorio conmovedor de la unidad en la diversidad, acercando a todos en espíritu y propósito.
La semana del proyecto concluyó con la distribución de certificados Youthpass, un símbolo de la dedicación y la nueva experiencia de los participantes. Creemos que cada persona se sintió más preparada para marcar la diferencia en sus propias comunidades al partir con una sensación tangible de éxito.